La asesoría 1 a 1 es un asesoramiento a familias dónde se tratan casos específicos y puntuales en el tiempo.
Si se trata de una conducta o comportamiento que se prolonga en el tiempo, requerirá de un acompañamiento personalizado.
Padres que no saben afrontar una situación determinada con su adolescente y necesitan asesoramiento sobre por qué está sucediendo esto.
Con las asesorías familiares descubrirás cómo pueden afrontar ciertas situaciones con otras herramientas, para lograr resultados diferentes y mejores a los de ahora, tanto para el adolescente como para la relación que establecen a nivel familiar.
Sesión Gratuita de valoración
Primera toma de contacto para trabajar juntas
La sesión de valoración tiene una duración estimada de unos 40 minutos aproximadamente. Esta sesión tiene como objetivo conocernos y valorar si podemos trabajar juntos, si soy la profesional que necesitas o no.
Será una sesión dónde hablaremos de la problemática a tratar, sin entrar en mucho detalle, pero sí los suficientes como para saber por dónde empezar en la asesoría familiar 1 a 1.
La asesoría consistirá en sesiones online de 1 hora cada una, vía Zoom, donde trataremos el tema que te preocupa. Mínimo de 3 sesiones.
Sesión 1
La primera sesión consistirá en conocer el problema existente en la relación con tu hijo adolescente.
Sesión 2
La segunda sesión consistirá en saber cómo podemos afrontar el problema en nuestro día a día.
Sesión 3
La tercera sesión consistirá en saber
cómo iniciar el proceso de acompañamiento y reforzar el vínculo con tu hijo.
¿Te sientes identificada?
Sientes qué...
Qué sucede en esta etapa, la cual los padres vivimos con mucho miedo… Pero podemos hacer que muchos de esos miedos desaparezcan e, incluso, disfrutar de la etapa adolescente de nuestros hijos, acompañándoles y guiándoles.
Me encuentro en la misma situación que tú. Este proyecto surge por una necesidad propia, ya que en mi casa también hay conflictos, hay malas caras, pero gracias a la Crianza Positiva entiendo muchos de los comportamientos de mis hijos.
Y lo que me parece más importante aún, al entender estos comportamientos, puedo adelantarme a los acontecimientos, ya que tengo muy presente lo que puede ocurrir en determinadas situaciones y esto me ayuda a reaccionar de una manera mucho más respetuosa y compasiva.
También hay días malos, al fin y al cabo, somos humanos, y por circunstancias hay días en los que podemos llegar a explotar. Estos días, cuando ya nos tranquilizamos, lo mejor es pedir perdón. Sí, no pasa nada, ni perdemos autoridad por pedir perdón a nuestros hijos.
Los padres tendemos a autocastigarnos después de habernos comportado de una manera que no consideramos apropiada cuando realmente no deberíamos fustigarnos ni sumirnos en la culpa.
Supongo que estarás de acuerdo conmigo en que una cosa es leer un libro o hacer un curso sobre disciplina positiva; y otra ser capaz de llevarlo a la práctica y ser capaz de afrontar el día a día sin sobresaltos.
Y es que lo cierto es que, si no tienes a alguien que te vaya guiando en el camino y orientando a la hora de aplicar las herramientas, puede suceder que al intentarlo por nuestra cuenta pensemos que no funciona y que desistamos a la primera de cambio.»
Me gustaría explicarte que estuve en el mismo punto en el que tú te encuentras ahora mismo. Cuando conocí la disciplina positiva intenté ponerla en práctica, pero pronto vi la necesidad de que alguien me guiase y me ayudase a implementar en mi familia las herramientas nuevas que había conocido.
Decidí que una mentora me acompañara y así fue como las asesorías me ayudaron muchísimo. Para mí esas asesorías eran oro, ya que allí podía explicar lo que sucedía y cómo me sentía ante esa situación, sin sentirme juzgada ni recriminada. Era escuchada y me ayudó a ver el camino que debía seguir, dándome herramientas para ello.
Sí, porqué aunque parezca que no nos necesitan, nos necesitan y mucho, solo que de otra forma. Muchos padres piensan que no hace falta aprender a ser padres, que eso es algo que nace y ya está, pero no es así.
Siempre pongo la analogía con jugar al pádel, uno puede comprarse una pala y puede darle a la pelota aunque no vaya hacia donde nosotros queremos; pero también puede dar clases y dejarse enseñar y saber cómo tiene que dar a la pelota para conseguir el efecto o la trayectoria deseada.
En la educación y crianza de nuestros hijos sucede lo mismo, podemos dejarnos llevar y seguir usando los métodos que conocemos, aunque no nos funcionen, o dejarnos asesorar y aprenden nuevas herramientas y conseguir nuestros objetivos.
Quiero que me ayudes con mi adolescente
Una asesoría familiar sirve para que el profesional pueda ayudar a las familiar a mejorar la forma de relacionarse entre todos los miembros que la componen y resolver los conflictos o desafíos que surgen en la convivencia del día a día, los cuales afectan emocionalmente a todos los integrantes de la familia.
En una asesoría familiar se pueden abordar infinidad de temas que están generando problemas en el entorno familiar. El coach de familia les orienta y da herramientas para que pueda mejorar la comunicación y se puedan resolver los conflictos que puedan surgir para fortalecer el vínculo paterno filial.
Este tipo de asesorías familiares las necesitarán aquellos padres que estén dispuestos a reeducarse, a nutrirse de nueva información, desde otro punto de vista, así como aprender otras técnicas o herramientas a las utilizadas hasta ahora.
Tras aprender otra forma de educar conseguirán mejorar el ambiente familiar y con consiguiente la relación paterno filial. Lo que antes se veía como un desafío constante a partir de la asesoría familiar se verá como un cambio producido por la adolescencia. Lo que dará pie a una educación más respetuosa.
Lidera en Positivo
Carolina Picazo
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